¿Qué es la epicondilitis?
La epicondilitis, también conocida como “codo de tenista”, es una afección dolorosa que afecta la parte externa del codo. A pesar de su nombre, no solo afecta a los tenistas, sino que puede ser causada por diversas actividades y movimientos repetitivos que involucran la extensión y flexión de la muñeca.
La epicondilitis se caracteriza por la inflamación o irritación de los tendones que se insertan en el epicóndilo lateral del hueso del codo.
¿Puedo trabajar con epicondilitis?
Si tienes epicondilitis, tu capacidad para trabajar dependerá de la gravedad de tus síntomas, el tipo de trabajo que realizas y las recomendaciones médicas que recibas. En muchos casos, las personas con epicondilitis pueden continuar trabajando, pero podrían necesitar ajustar sus actividades laborales para evitar agravar los síntomas y permitir la recuperación.
Aquí hay algunos puntos a considerar:
- Tipo de trabajo.
- Recomendaciones médicas.
- Ergonomía.
- Pausas y descanso.
- Uso de ayudas y equipos.
- Modificaciones en las tareas.
- Comunicación en el trabajo.
Secuelas de epicondilitis
Las secuelas de la epicondilitis pueden variar según la gravedad de la afección, la eficacia del tratamiento y la respuesta individual de cada persona. Algunas personas pueden recuperarse por completo sin dejar secuelas significativas, mientras que otras pueden experimentar algunas complicaciones a largo plazo. Algunas posibles secuelas o efectos posteriores de la epicondilitis podrían incluir:
- Dolor crónico: En algunos casos, el dolor en el codo puede persistir incluso después del tratamiento. Esto podría afectar las actividades diarias y la calidad de vida.
- Limitación de la movilidad: La epicondilitis grave y mal tratada podría llevar a una limitación en la movilidad de la muñeca y el codo, lo que podría afectar la realización de ciertas tareas.
- Debilidad muscular: La debilidad en los músculos del antebrazo y la muñeca puede ser una secuela si la afección ha afectado los tendones y músculos de manera significativa.
- Dificultad en las actividades laborales: Si tu trabajo implica actividades que desencadenan la epicondilitis y no se tomaron medidas adecuadas, podrías enfrentar dificultades para realizar ciertas tareas laborales.
- Recurrencia: Algunas personas pueden experimentar recurrencias de la epicondilitis si no siguen las recomendaciones médicas y continúan realizando movimientos repetitivos que provocaron la afección en primer lugar.
- Necesidad de tratamiento continuo: En casos severos, podrías necesitar tratamientos continuos, como fisioterapia o medicamentos, para controlar el dolor y mantener la función.
- Impacto en la calidad de vida: Las secuelas de la epicondilitis pueden afectar tu capacidad para participar en actividades recreativas, deportes y otras actividades que solías disfrutar.
¿Cuánto tiempo se puede estar de baja por una epicondilitis?
La duración de la baja laboral por epicondilitis puede variar significativamente según la gravedad de la afección, el tratamiento recibido, el tipo de trabajo que realizas y la respuesta individual de cada persona. No existe un período de tiempo fijo y uniforme para todas las personas, ya que cada caso es único.
Hay personas que están únicamente un par de semanas, pero en otros supuestos, por el motivo que sea, se alarga, y llegan a estar más de un año, planteándose incluso la incapacidad permanente.
Durante el período de baja, es posible que te sometas a evaluaciones médicas regulares para determinar tu progreso. Basándose en cómo estás respondiendo al tratamiento y la evolución de tus síntomas, tu médico podría ajustar la duración de la baja o las recomendaciones de tratamiento.
Epicondilitis enfermedad profesional
En España, la legislación establece que una enfermedad profesional es aquella contraída a consecuencia del trabajo realizado, y provocada por la exposición a agentes o factores de riesgo presentes en el ambiente laboral. Para que la epicondilitis sea considerada una enfermedad profesional, se deben cumplir ciertos requisitos.
Esto requiere demostrar que las actividades desempeñadas en el trabajo estuvieron asociadas con movimientos repetitivos o esfuerzos que contribuyeron significativamente a la aparición de la epicondilitis. Además, debe existir una exposición a factores de riesgo específicos presentes en el entorno laboral que sean conocidos por desencadenar o contribuir al desarrollo de la epicondilitis. La relación temporal entre las tareas laborales y la aparición de los síntomas es crucial para demostrar que la afección surgió directamente como resultado de las actividades realizadas en el trabajo. Para determinar si se cumple con los criterios necesarios, se requiere una evaluación médica por parte de un especialista, quien deberá confirmar si los síntomas y la afección se alinean con una epicondilitis relacionada con el entorno laboral.